martes, 4 de febrero de 2014

En días como los de hoy, donde sólo te identificas con la destrucción absoluta, el despropósito y el caos, te pierdes para encontrarte, te rompes para recomponerte y asumes tus errores para reconducir tus pasos. Aceptas tu derrota y levantas la cabeza con dignidad, aunque tengas que callar, aunque quieras reventar, aunque desees matar a todo aquel que se cruza por delante. Porque sabes que estás sola en esto, que es una guerra en la que sólo puedes batallar tú. Y está bien así. Sí. Mientras lo resuelves está bien así: tienes derecho a romper cristales, tienes derecho a andar descalza y destrozarte los pies, verte sangrar y lamerte las heridas. Tienes derecho a enfadarte y pelear fuerte, a gritar y llorar, a besarte, morderte, escupirte, darte tortas en la cara con la mano abierta y arañarte hasta hacerte trizas. Mientras tanto está bien, porque después de toda esa violencia vas a levantarte, vas a sacudirte el vestido, vas a calzarte tus viejas botas y vas a luchar para que la vida no te deje atrás.


1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. Me encanta este post y la forma que tienes de escribir.

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